Un emperador de Bizanacio en el siglo X paseaba por su palacio, noto en una de las puertas parado firme a un alto y rubio guerrero armado de manera diferente que las tropas regualares de aquel imperio, era un Varego (Varjängar) a esos que los griegos y eslavos llamaban "Rus", mirandolo se acerco al guerrero sueco y le pregunto:
"¿Y tu pagano, en que crees?"
Sabiendo que aquellos feroces guerreros mercenarios escandinavos que servian como su guardia personal no profesaban el cristianismo la duda le embargaba la mente:
"¿Y tu pagano en que crees?"
El alto guerrero lo miro de reojo y firmemente le respondio:
"Yo creo en mi propia fuerza"
quizas mis fuerzas no sean las más grandes y definitivamente no seran las más pequeñas, pero de lo que esto seguro es de que son mias.
(Basado en una antigua cronica bizantina sobre las incursiones y relaciones con los vikingos suecos)
"¿Y tu pagano, en que crees?"
Sabiendo que aquellos feroces guerreros mercenarios escandinavos que servian como su guardia personal no profesaban el cristianismo la duda le embargaba la mente:
"¿Y tu pagano en que crees?"
El alto guerrero lo miro de reojo y firmemente le respondio:
"Yo creo en mi propia fuerza"
quizas mis fuerzas no sean las más grandes y definitivamente no seran las más pequeñas, pero de lo que esto seguro es de que son mias.
(Basado en una antigua cronica bizantina sobre las incursiones y relaciones con los vikingos suecos)
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